miércoles, 13 de diciembre de 2017

QUE EL GOBIERNO SE CAE, Y AL GOBIERNO LO BANCA LA GENTE




1- El gobierno representa lo que creen creer y querer grandes masas anestesiadas que nos odian. No es al revés. La gente es mayoritariamente mala, gorila, egoísta, burra, matanegro, mataputo, machista y patronal.

2- Las masas se manejan por mayorías. Si las mayorías gritan y parecen mayorías. Si las minorías no gritan no existen. Si las minorías gritan por ahí hacen que alguien las confunda con mayorías y entonces gritan todos y todas un poco más. Así ellos construyeron el descomunal derpo que tienen y con el cual nos gobiernan en pija por la vida diciendo cualquier barbaridad y haciendo lo que tienen ganas.

3- Ni la rebaja en las jubilaciones ni las reformas laborales son positivas para nadie más que para los patrones, esa raza avara y mala leche que te regala una caja a fin de año con una sidra de botella de plástico, un pan dulce con pocas frutas, dos turrones y unas garrapiñadas mientras ellos alquilaron una quinta en la concha del pato y en la que contrataron empleados para que esa noche laburen y no la pasen con sus familias. La crueldad es carísima.

4- Mientras los restaurantes en CABA tengan gente de lunes a lunes y nunca estén del todo verdaderamente vacíos, no va a calar nuestro discurso técnico-impositivo-desesperado-real de la deuda. La deuda externa para la masa anestesiada es algo que pasa entre gobiernos o entre estados: es para ellos lo que pasa entre los jefes y sus proovedores. La masa anestesiada, eternamente empleada y mula, la bestia de carga, quiere ir a cumplir un horario, cobrar su sueldo y tener trabajo. Pero tener trabajo es ahora lo crucial, y no todo lo que la masa anestesiada entiende como "beneficio": hay personas que creen que un sueldo es un beneficio y no un intercambio desigual y brutal y nada más que eso. Los "beneficios", realmente derechos, bestia de carga de mi corazón, son todas las cosas que te están queriendo cepillar y serruchar con herramientas oxidadas: obras sociales, plata cuando seas viejo, vacaciones, horas extras, buen ambiente laboral, que no te abusen, y etcétera. La plusvalía es un concepto velado sólo para mentes rusas, así que sigamos construyendo mayorías dialécticas con mayeutica de bar (?).

5- Hay que explicar siempre. No hay que callarse nunca. No hay que enojarse. Hay que hacer política sin que se den cuenta. El malestar que generan hoy es por goteo aunque hagan todo junto: dejamos tanta pero tanta guita debajo del colchón que tienen una espalda para poder vivir con la de nuestros nietos hasta el 2023 gobernando con sonrisas, submarinos hundidos y militarización de la calle. El periodismo a la gorra seguirá gordito y rechoncho, rozagante con mejillas rozadas y besos de rouge de serpientes que un día los van a mandar a dormir.

6- Quizás un día volvamos. Mientras tanto si pensamos en volver ya mismo, la puerta es giratoria y cuando parece que todo estalla estamos afuera de nuevo.
No es tan complicado, pero requiere de una paciencia arácnida de esperar, esperar, esperar, esperar sin dejar de respirar y pensar.

7- ¡Sumate a militar! Vas a poder volcar todo lo que pensás. Pero si te sumás a militar pensando que si lo hacés, "el gobierno se va antes", te confudiste. La campaña 2019 empezó hace una semana y al 2019 le apuntamos. La casta que nos gobierna le "apunta a tu nariz, te hunde los pómulos y vos resplandecés". Nosotros apuntamos a tu cabeza, levantamos el corazón y nos cuesta un montón hacer que algo brille. Es ahora o nunca que podemos ganar dentro de dos años.

8- Con medidas caníbales como el sogueo a los jubilados, no tiene ninguna opción tu vecino pelotudo, ni el fachero tacho o tachero facho: está del lado del gobierno o de la oposición. Y la oposición la mandamos nosotros porque Cristina y los compañeros y compañeras diputados y senadores que están con ella son los únicos que tienen cierta cantidad de votos en esa comparsa melancólica de banelcos gastadas en la que se convirtió el congreso.

Nos vemos por ahí.
Y si querés esperanza blanca leé a Claudio María Dominguez o a cualquier chanta compañero de culo graso que te señala la piedra para que la revolées pero no le acerca un cacho de pan a una boca ajena ni que los sometan.
¡V!

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